Reseñas
EL PAIS (por Jordi Costa)
https://elpais.com/cultura/2018/09/13/actualidad/1536789965_753139.html
Cuando, a los pocos minutos de metraje de Marisa en los bosques, un personaje clave, Mina, convaleciente con el corazón roto, le regala a la protagonista el primer disco de Vainica Doble, resulta inevitable pensar que, en ese obsequio, se superpone un gesto del director para buscar complicidades, porque, en cierto sentido, la primera película de Antonio Morales tiene algo de la magia, la fragilidad y el poder de seducción de una de las canciones de ese dúo irrepetible. Como un tema de Gloria Van Aerssen y Carmen Santonja, Marisa en los bosques parte de lo cotidiano –un estado de incertidumbre vital y profesional, el cuidado de una amiga que ha sufrido una ruptura amorosa- para ir sumergiéndose, suave y festivamente, en lo prodigioso e improbable: esa noche donde las drogas son la golosina de patio de colegio por otros medios y donde se manifiestan las magas o se transforman las identidades sexuales, esa ciudad que puede dar paso al bosque profundo si uno se desorienta…
Formado en el teatro independiente, Morales se embarca en un cine artesanal sin necesidad –ni ganas- de rendir cuentas a nadie, proponiendo un viaje que acaso le deba más a un cancionero indie que a ese Jacques Rivette en el que invitan a pensar los momentos más cercanos a la ensoñación de esta película amablemente extraña. Con puntos de inflexión dramática muy bien colocados –la llamada telefónica, el ensayo teatral delator-, Marisa en los bosques es pura libertad en busca de compañeros de juego.
https://elpais.com/cultura/2018/09/13/actualidad/1536789965_753139.html
Cuando, a los pocos minutos de metraje de Marisa en los bosques, un personaje clave, Mina, convaleciente con el corazón roto, le regala a la protagonista el primer disco de Vainica Doble, resulta inevitable pensar que, en ese obsequio, se superpone un gesto del director para buscar complicidades, porque, en cierto sentido, la primera película de Antonio Morales tiene algo de la magia, la fragilidad y el poder de seducción de una de las canciones de ese dúo irrepetible. Como un tema de Gloria Van Aerssen y Carmen Santonja, Marisa en los bosques parte de lo cotidiano –un estado de incertidumbre vital y profesional, el cuidado de una amiga que ha sufrido una ruptura amorosa- para ir sumergiéndose, suave y festivamente, en lo prodigioso e improbable: esa noche donde las drogas son la golosina de patio de colegio por otros medios y donde se manifiestan las magas o se transforman las identidades sexuales, esa ciudad que puede dar paso al bosque profundo si uno se desorienta…
Formado en el teatro independiente, Morales se embarca en un cine artesanal sin necesidad –ni ganas- de rendir cuentas a nadie, proponiendo un viaje que acaso le deba más a un cancionero indie que a ese Jacques Rivette en el que invitan a pensar los momentos más cercanos a la ensoñación de esta película amablemente extraña. Con puntos de inflexión dramática muy bien colocados –la llamada telefónica, el ensayo teatral delator-, Marisa en los bosques es pura libertad en busca de compañeros de juego.
CAIMÁN.CUADERNOS DE CINE. Suplemento SEFF
Una obra que coquetea con el sentido del humor de Woody Allen y las reflexiones filosóficas de Eric Rohmer.
Una obra que coquetea con el sentido del humor de Woody Allen y las reflexiones filosóficas de Eric Rohmer.
EUROPA.OTROSCINES.COM
http://europa.otroscines.com/copias-certificadas/
"En Marisa en los bosques, el filme de debut de Antonio Morales, no hay copia alguna. Sin embargo, tal y como defendió el propio cineasta en la presentación de la película en la sección Resistencias del Festival de Sevilla, la película emana una profunda cinefilia. Quizá por eso resulta fácil seguir las pistas y referentes que propone. Y quizá por eso la escena más bella de la película es aquella en que una chica, desolada tras una feroz ruptura, se acuesta, mientras, de fondo, vemos la imagen de Lillian Gish en Lirios rotos, tumbada a su vez en una cama.
Marisa en los bosques comienza con una conversación entre la protagonista, Marisa, una dramaturga, y un actor que se está maquillando. Esta es una película sobre el artificio, que se presenta aquí como un juego de encuentros y desencuentros entre Marisa y algunos de sus amigos y conocidos, a la manera de Matías Piñeiro, un director que ha sabido hacer de la ficción más placentera y traviesa una subversión. Marisa y los bosques carece del poso del cine de Piñeiro, pero goza de su carácter más juguetón. “Todos vamos a morir: tu, yo, la china de la tienda de abajo, Björk…”, le espeta en un momento Marisa a su amiga del alma. Lo mejor de la película, de hecho, es la espontaneidad cómica con la que se relacionan las dos amigas, mientras en la pantalla se dan cita todo tipo de referentes de la cultura indie, desde el “Viaje a los sueños polares”, un clásico del pop de los noventa, al Arrebato de Zulueta, la piedra filosofal del nuevo-otro cine español."
http://europa.otroscines.com/copias-certificadas/
"En Marisa en los bosques, el filme de debut de Antonio Morales, no hay copia alguna. Sin embargo, tal y como defendió el propio cineasta en la presentación de la película en la sección Resistencias del Festival de Sevilla, la película emana una profunda cinefilia. Quizá por eso resulta fácil seguir las pistas y referentes que propone. Y quizá por eso la escena más bella de la película es aquella en que una chica, desolada tras una feroz ruptura, se acuesta, mientras, de fondo, vemos la imagen de Lillian Gish en Lirios rotos, tumbada a su vez en una cama.
Marisa en los bosques comienza con una conversación entre la protagonista, Marisa, una dramaturga, y un actor que se está maquillando. Esta es una película sobre el artificio, que se presenta aquí como un juego de encuentros y desencuentros entre Marisa y algunos de sus amigos y conocidos, a la manera de Matías Piñeiro, un director que ha sabido hacer de la ficción más placentera y traviesa una subversión. Marisa y los bosques carece del poso del cine de Piñeiro, pero goza de su carácter más juguetón. “Todos vamos a morir: tu, yo, la china de la tienda de abajo, Björk…”, le espeta en un momento Marisa a su amiga del alma. Lo mejor de la película, de hecho, es la espontaneidad cómica con la que se relacionan las dos amigas, mientras en la pantalla se dan cita todo tipo de referentes de la cultura indie, desde el “Viaje a los sueños polares”, un clásico del pop de los noventa, al Arrebato de Zulueta, la piedra filosofal del nuevo-otro cine español."
RTVE. DÍAS DE CINE (Vídeo)
http://www.rtve.es/alacarta/videos/dias-de-cine/festival-cine-sevilla/3795611/
En la sugerente sección Resistencias, entremezclando registros de lo teatral a lo poético con espíritu de tragicomedia, se asoma la ópera prima de Antonio Morales, meritoria tragicomedia que fluctúa del costumbrismo a inspirados territorios oníricos.
http://www.rtve.es/alacarta/videos/dias-de-cine/festival-cine-sevilla/3795611/
En la sugerente sección Resistencias, entremezclando registros de lo teatral a lo poético con espíritu de tragicomedia, se asoma la ópera prima de Antonio Morales, meritoria tragicomedia que fluctúa del costumbrismo a inspirados territorios oníricos.
TV3-TELENOTICIES (Vídeo)
http://www.ccma.cat/tv3/alacarta/programa/cinema-catala-i-espanyol-al-da-film-festival-de-barcelona/video/5664745/
Marisa en los Bosques es el viaje personal de una mujer perdida en los bosques de su propia vida. El festival D’A presenta el debut en el cine del director teatral Antonio Morales, en una tragicomedia con toques Almdovarianos.
http://www.ccma.cat/tv3/alacarta/programa/cinema-catala-i-espanyol-al-da-film-festival-de-barcelona/video/5664745/
Marisa en los Bosques es el viaje personal de una mujer perdida en los bosques de su propia vida. El festival D’A presenta el debut en el cine del director teatral Antonio Morales, en una tragicomedia con toques Almdovarianos.
THE WEE REVIEW
http://theweereview.com/review/marisa-in-the-woods/
Patricia Jordá ofrece una interpretación magistral, imbuyéndose en el papel de Marisa con la cantidad justa de excentricidad. El reverso al presupuesto limitado es precisamente una mayor libertad creativa. Sin grandes inversores a los que rendir cuentas, Morales tuvo un cheque en blanco para dejar volar su imaginación, lo que se refleja en un argumento que vira impredeciblemente en múltiples direcciones (a lo Pedro Almodóvar), consiguiendo un resultado maravilloso […] el punto de inflexión de la película se aparece como un shock para el espectador, pero como ocurre con directores como Wes Anderson y Taika Waitiki, el director no se recrea en la gravedad de lo que cuenta. La vida continúa, Marisa fluye con ella y los espectadores la siguen. El tratamiento cómico de dichas tragedias (sin trivializarlas) es una rara habilidad, y Morales la domina a la perfección. Es una deliciosa y vitalista joya con un final sentido y conmovedor que maravillará a la audiencia indie de todo el mundo.
http://theweereview.com/review/marisa-in-the-woods/
Patricia Jordá ofrece una interpretación magistral, imbuyéndose en el papel de Marisa con la cantidad justa de excentricidad. El reverso al presupuesto limitado es precisamente una mayor libertad creativa. Sin grandes inversores a los que rendir cuentas, Morales tuvo un cheque en blanco para dejar volar su imaginación, lo que se refleja en un argumento que vira impredeciblemente en múltiples direcciones (a lo Pedro Almodóvar), consiguiendo un resultado maravilloso […] el punto de inflexión de la película se aparece como un shock para el espectador, pero como ocurre con directores como Wes Anderson y Taika Waitiki, el director no se recrea en la gravedad de lo que cuenta. La vida continúa, Marisa fluye con ella y los espectadores la siguen. El tratamiento cómico de dichas tragedias (sin trivializarlas) es una rara habilidad, y Morales la domina a la perfección. Es una deliciosa y vitalista joya con un final sentido y conmovedor que maravillará a la audiencia indie de todo el mundo.
DFCINEMA
http://dfcinema.com/2016/11/09/festival-de-sevilla-dia-5/
Nuestro primer acercamiento a la sección Resistencias permitió que saliéramos de la sala habiendo visto el trabajo más refrescante de todo el festival. Esta ambiciosa ópera prima de Antonio Morales es una buena muestra de las toneladas de talento que pueden encontrarse en los lugares más insospechados de nuestra geografía. Marisa en los bosques, poseedora de una coherencia discursiva tremendamente meritoria, habla de temas tan universales como la diversidad y la pérdida (o quizá el encuentro y/o aceptación de uno mismo), y lo hace mediante un aprovechamiento de los mecanismos formales inmejorable. Con un trabajo de cámara a la altura de las circunstancias, la película se muestra en continuo estado de cambio, siendo especialmente efectiva en la aplicación de elementos cómicos que se traducen en escenas tan divertidas y naturales como bien planificadas.
El pequeño toque meta que tiene, con repetidas referencias y citas de muy diversa índole, especialmente cinéfilas, hace de ella una obra pequeña (su financiación fue llevada a cabo a través de crowdfunding) pero llena de vida. La historia a narrar es la de Marisa, una actriz de teatro independiente que trata de lidiar con la ruptura de su mejor amiga. Este momento vital es el que capta y muestra la película, que hereda elementos de la nouvelle vague sin perder un solo ápice de personalidad. Porque al final, si tratamos de hacer balanza con los aspectos positivos y negativos (determinados personajes arquetípicos -“muy madrileños”- y situaciones efectivas pero no demasiado relevantes para el desarrollo de la trama y su protagonista), lo que la inclina claramente a favor es el estilo y arrojo de su director. Por lo demás, es digno de mención el trabajo de Patricia Jordá, que hace suyo un personaje de los que son difíciles de olvidar.
http://dfcinema.com/2016/11/09/festival-de-sevilla-dia-5/
Nuestro primer acercamiento a la sección Resistencias permitió que saliéramos de la sala habiendo visto el trabajo más refrescante de todo el festival. Esta ambiciosa ópera prima de Antonio Morales es una buena muestra de las toneladas de talento que pueden encontrarse en los lugares más insospechados de nuestra geografía. Marisa en los bosques, poseedora de una coherencia discursiva tremendamente meritoria, habla de temas tan universales como la diversidad y la pérdida (o quizá el encuentro y/o aceptación de uno mismo), y lo hace mediante un aprovechamiento de los mecanismos formales inmejorable. Con un trabajo de cámara a la altura de las circunstancias, la película se muestra en continuo estado de cambio, siendo especialmente efectiva en la aplicación de elementos cómicos que se traducen en escenas tan divertidas y naturales como bien planificadas.
El pequeño toque meta que tiene, con repetidas referencias y citas de muy diversa índole, especialmente cinéfilas, hace de ella una obra pequeña (su financiación fue llevada a cabo a través de crowdfunding) pero llena de vida. La historia a narrar es la de Marisa, una actriz de teatro independiente que trata de lidiar con la ruptura de su mejor amiga. Este momento vital es el que capta y muestra la película, que hereda elementos de la nouvelle vague sin perder un solo ápice de personalidad. Porque al final, si tratamos de hacer balanza con los aspectos positivos y negativos (determinados personajes arquetípicos -“muy madrileños”- y situaciones efectivas pero no demasiado relevantes para el desarrollo de la trama y su protagonista), lo que la inclina claramente a favor es el estilo y arrojo de su director. Por lo demás, es digno de mención el trabajo de Patricia Jordá, que hace suyo un personaje de los que son difíciles de olvidar.
CINEMAADHOC
http://cinemaadhoc.info/2017/06/filmadrid-2017-cronica-8/
Uno de los eventos a destacar de esta edición de Filmadrid fue la proyección especial de Marisa en los bosques en Cineteca, ópera prima del dramaturgo Antonio Morales. Pese a haberse visto con anterioridad en el Festival de Sevilla y el D’A barcelonés, creemos que es un debut suficientemente interesante para seguir reivindicándolo si es necesario. Y es necesario. El film es un inmejorable tratado sobre la pérdida. O sobre cómo afrontar una pérdida es la única manera de encontrarse a uno mismo. O, más concretamente, de la importancia que tiene despedirse en condiciones de una persona a la que querías y a quien pudiste decir adiós. Es todo eso y es mucho más. Y, sin embargo, lo más estimulante de la cinta está en el cómo y no en el qué. No hablamos solo de su enérgica puesta en escena, de su valentía para filmar primeros planos y del estupendo vehículo transmisor de emociones que resulta ser la también debutante Patricia Jordá; lo hacemos también de un laborioso trabajo de construcción del personaje protagonista a través de su interacción con el resto y de las situaciones a las que debe hacer frente, así como de un continuo aire cómico y desenfadado que nunca resta seriedad al trasfondo dramático de la historia.
Finalmente, cuando no tenemos muy claro cuál es nuestro papel en el mundo, puede que lo más sensato sea perderse en un bosque y vivir nuestra propia realidad, aunque solo sea por un pequeño instante.
http://cinemaadhoc.info/2017/06/filmadrid-2017-cronica-8/
Uno de los eventos a destacar de esta edición de Filmadrid fue la proyección especial de Marisa en los bosques en Cineteca, ópera prima del dramaturgo Antonio Morales. Pese a haberse visto con anterioridad en el Festival de Sevilla y el D’A barcelonés, creemos que es un debut suficientemente interesante para seguir reivindicándolo si es necesario. Y es necesario. El film es un inmejorable tratado sobre la pérdida. O sobre cómo afrontar una pérdida es la única manera de encontrarse a uno mismo. O, más concretamente, de la importancia que tiene despedirse en condiciones de una persona a la que querías y a quien pudiste decir adiós. Es todo eso y es mucho más. Y, sin embargo, lo más estimulante de la cinta está en el cómo y no en el qué. No hablamos solo de su enérgica puesta en escena, de su valentía para filmar primeros planos y del estupendo vehículo transmisor de emociones que resulta ser la también debutante Patricia Jordá; lo hacemos también de un laborioso trabajo de construcción del personaje protagonista a través de su interacción con el resto y de las situaciones a las que debe hacer frente, así como de un continuo aire cómico y desenfadado que nunca resta seriedad al trasfondo dramático de la historia.
Finalmente, cuando no tenemos muy claro cuál es nuestro papel en el mundo, puede que lo más sensato sea perderse en un bosque y vivir nuestra propia realidad, aunque solo sea por un pequeño instante.
FOTOGRAMAS
https://www.fotogramas.es/peliculas-criticas/a23240254/marisa-bosques/En Marisa en los bosques las protagonistas escuchan a Vainica Doble y François Hardy, ven películas de D.W. Griffith, citan Arrebato de Iván Zulueta y la contraseña de sus ordenadores incluye la palabra Kafka. No se trata de postureo hípster, sino de la configuración de un universo de naturaleza pop donde los elementos culturales e intelectuales dialogan con el momento personal de una serie de personajes que se encuentran a la deriva.
El debutante Antonio Morales, procedente de la escena teatral independiente, intenta con su ópera prima alejarse de las convenciones del cine español para ofrecer una película diferente que se acerca a los postulados del movimiento mumblecore en lo que se refiere a la frescura de sus diálogos y al cine de Jacques Rivette o Matías Piñeiro (el juego metarreferencial, el artificio de la propuesta), pero también remite al desenfado del primer Almodóvar aderezado con un toque surrealista.
Más allá posibles influencias, Marisa en los bosques supone una deliciosa rareza, una pequeña extravagancia que parte de un estado de ánimo (la sensación de pérdida y la desorientación vital) para sumergirnos en un hipnótico trayecto que nos lleva desde las estampas urbanas de un Madrid que funciona como decorado abstraído hasta un bosque irreal donde late la ensoñación fabuladora, y lo hace con imaginación y desparpajo, mezclando la representación dramatúrgica con el realismo mágico.
https://www.fotogramas.es/peliculas-criticas/a23240254/marisa-bosques/En Marisa en los bosques las protagonistas escuchan a Vainica Doble y François Hardy, ven películas de D.W. Griffith, citan Arrebato de Iván Zulueta y la contraseña de sus ordenadores incluye la palabra Kafka. No se trata de postureo hípster, sino de la configuración de un universo de naturaleza pop donde los elementos culturales e intelectuales dialogan con el momento personal de una serie de personajes que se encuentran a la deriva.
El debutante Antonio Morales, procedente de la escena teatral independiente, intenta con su ópera prima alejarse de las convenciones del cine español para ofrecer una película diferente que se acerca a los postulados del movimiento mumblecore en lo que se refiere a la frescura de sus diálogos y al cine de Jacques Rivette o Matías Piñeiro (el juego metarreferencial, el artificio de la propuesta), pero también remite al desenfado del primer Almodóvar aderezado con un toque surrealista.
Más allá posibles influencias, Marisa en los bosques supone una deliciosa rareza, una pequeña extravagancia que parte de un estado de ánimo (la sensación de pérdida y la desorientación vital) para sumergirnos en un hipnótico trayecto que nos lleva desde las estampas urbanas de un Madrid que funciona como decorado abstraído hasta un bosque irreal donde late la ensoñación fabuladora, y lo hace con imaginación y desparpajo, mezclando la representación dramatúrgica con el realismo mágico.
ENTREFOCOS
https://www.entrefocos.es/cine/marisa-de-los-bosques-soberbia-pelicula-sobre-amor-y-arte/
Soberbia película sobre amor y arte.
[...] Aunque Madrid a veces es retratada como una gran ciudad de grandes lujos y de edificios espectaculares, convive con otro Madrid mas bohemio, con barrios llenos de pequeñas galerías de arte o salas de teatro. Marisa de los bosques se nutre de este mundo que está lleno de personajes extraños que por suerte para la historia también resultan entrañables.
Marisa de los bosques está sacada de las entrañas de su director Antonio Morales que encuentra en Patricia Jordá la protagonista de la cinta el vehículo perfecto para sacar a flote estos sentimientos. Una película que sale del empeño de ellos dos, Un proyecto que ha obtenido premios en festivales tan importantes como el de Alicante o el de Mainz (Alemania) donde se hizo con el premio a mejor película. Por suerte podemos celebrar que haya llegado a las carteleras para poder disfrutarla. Una película que merece ser vista y que merece ser un éxito por hablar de manera tan honesta de los perdidos que estamos por el mundo.
https://www.entrefocos.es/cine/marisa-de-los-bosques-soberbia-pelicula-sobre-amor-y-arte/
Soberbia película sobre amor y arte.
[...] Aunque Madrid a veces es retratada como una gran ciudad de grandes lujos y de edificios espectaculares, convive con otro Madrid mas bohemio, con barrios llenos de pequeñas galerías de arte o salas de teatro. Marisa de los bosques se nutre de este mundo que está lleno de personajes extraños que por suerte para la historia también resultan entrañables.
Marisa de los bosques está sacada de las entrañas de su director Antonio Morales que encuentra en Patricia Jordá la protagonista de la cinta el vehículo perfecto para sacar a flote estos sentimientos. Una película que sale del empeño de ellos dos, Un proyecto que ha obtenido premios en festivales tan importantes como el de Alicante o el de Mainz (Alemania) donde se hizo con el premio a mejor película. Por suerte podemos celebrar que haya llegado a las carteleras para poder disfrutarla. Una película que merece ser vista y que merece ser un éxito por hablar de manera tan honesta de los perdidos que estamos por el mundo.
ELDIARIO.ES
http://www.eldiario.es/andalucia/lacajanegra/seff2016/Resistencias-arte-derecho_0_579192661.html
Su mirada propia y fresca se corresponde con la del veterano Antonio Morales , director de teatro desde hace dos décadas, en Marisa de los bosques. Su ópera prima deja entrever sus raíces teatrales en la enorme importancia que concede a los personajes, especialmente a su protagonista, Marisa, interpretada por una Patricia Jordá en estado de gracia. Entre el humor y la tragedia (como avanza la primera escena de la película), Marisa en los bosques se desliza hacia terrenos arriesgados y surrealistas sin arrebatarle al espectador la empatía que le despierta una treinteañera sin trabajo, pareja ni proyectos a la vista y se niega (por qué no) a ver que se encuentra en crisis, ocultándolo (quizás) en una amiga a la que acaba de dejar su novio. Sus toques almodovarianos son evidentes. Marisa se hace querer tanto como Miguel Ángel, el protagonista de El último verano, éste sí de carne y hueso.
http://www.eldiario.es/andalucia/lacajanegra/seff2016/Resistencias-arte-derecho_0_579192661.html
Su mirada propia y fresca se corresponde con la del veterano Antonio Morales , director de teatro desde hace dos décadas, en Marisa de los bosques. Su ópera prima deja entrever sus raíces teatrales en la enorme importancia que concede a los personajes, especialmente a su protagonista, Marisa, interpretada por una Patricia Jordá en estado de gracia. Entre el humor y la tragedia (como avanza la primera escena de la película), Marisa en los bosques se desliza hacia terrenos arriesgados y surrealistas sin arrebatarle al espectador la empatía que le despierta una treinteañera sin trabajo, pareja ni proyectos a la vista y se niega (por qué no) a ver que se encuentra en crisis, ocultándolo (quizás) en una amiga a la que acaba de dejar su novio. Sus toques almodovarianos son evidentes. Marisa se hace querer tanto como Miguel Ángel, el protagonista de El último verano, éste sí de carne y hueso.
CINENUEVATRIBUNA
http://www.cinenuevatribuna.es/articulo/eventos/seff-cronica-cuarto-dia-festival-cine-europeo-sevilla/20161108101707003511.html
Después del cortometraje se proyectó Marisa en los Bosques, ópera prima de Antonio Morales, que cuenta en clave de tragicomedia (muy bien medida) las vicisitudes de una actriz de teatro llamada Marisa (magnifica Patricia Jordá que se desenvuelve perfectamente en esos cambios entre la comedia y el drama), que debe ayudar a una buena amiga a superar la ruptura con su novio. La influencia de la primera época de Pedro Almodóvar es palpable durante toda la película, en pequeños detalles más o menos escondidos o incluso en la utilización de un personaje con una nariz peculiar rememorando a Rossy de Palma con su verborrea y gestos.
Pero también es una película que rebosa cinefilia pura, con o sin intencionalidad. Que genera momentos de verdadera carcajada y otros de gran pesar y que tiene una gran escena en su trayecto dónde Marisa le cuenta a su amiga el final de Broken Blossoms de D.W.Griffith mientras se ven sus imágenes procedentes de un portátil en la pantalla y sólo se escucha su voz. Una escena, que según pudimos saber al acabar la proyección y dar comienzo a un coloquio con el director y su equipo, completamente improvisada y que gracias a eso genera simpatía y ternura hacia los personajes.
http://www.cinenuevatribuna.es/articulo/eventos/seff-cronica-cuarto-dia-festival-cine-europeo-sevilla/20161108101707003511.html
Después del cortometraje se proyectó Marisa en los Bosques, ópera prima de Antonio Morales, que cuenta en clave de tragicomedia (muy bien medida) las vicisitudes de una actriz de teatro llamada Marisa (magnifica Patricia Jordá que se desenvuelve perfectamente en esos cambios entre la comedia y el drama), que debe ayudar a una buena amiga a superar la ruptura con su novio. La influencia de la primera época de Pedro Almodóvar es palpable durante toda la película, en pequeños detalles más o menos escondidos o incluso en la utilización de un personaje con una nariz peculiar rememorando a Rossy de Palma con su verborrea y gestos.
Pero también es una película que rebosa cinefilia pura, con o sin intencionalidad. Que genera momentos de verdadera carcajada y otros de gran pesar y que tiene una gran escena en su trayecto dónde Marisa le cuenta a su amiga el final de Broken Blossoms de D.W.Griffith mientras se ven sus imágenes procedentes de un portátil en la pantalla y sólo se escucha su voz. Una escena, que según pudimos saber al acabar la proyección y dar comienzo a un coloquio con el director y su equipo, completamente improvisada y que gracias a eso genera simpatía y ternura hacia los personajes.
ÚLTIMO CERO
https://ultimocero.com/opinion/2017/10/09/una-sorprendente-originalidad-invisible-marisa-en-los-bosques-antonio-morales-2016/
En «Marisa en los bosques» coexisten la imperiosa necesidad de quien realiza su primera película de volcar todo su potencial creativo ante la amenaza de que, si la apuesta no resulta, no vaya a haber una segunda oportunidad, junto con la sorprendente originalidad y frescura de la propuesta, que, pese a sus defectos, que los tiene, y no hay que ocultarlos, y sus evidentes referencias cinéfilas, compone un retrato generacional en el que se respira honestidad, virtuosismo, esperanza y vitalidad. Una película en la que un personaje asume, desde el primer momento, todo el peso de la acción y lo hace desde la absoluta revelación de encontrar a una de las actrices más prometedoras para el futuro del cine español, Patricia Jordá, conocida en los circuitos del off teatro madrileño pero que asume el absoluto protagonismo de la película hasta el punto de resultar imposible imaginar el resultado con otro rostro, con otra presencia, con otra dicción. [..] Es más, quien escribe no acaba de comprender como esta mujer ha podido permanecer hasta este momento sin rodar más que una película previa, y cómo desde que comenzó la carrera por festivales de «Marisa en los bosques», su currículo permanece igual de vacío en cuanto a películas terminadas. Claro que, si a eso vamos, igual de desesperante y absurdo resulta que una película que viene siendo unánimente elogiada desde el festival de Sevilla del año pasado, casi un año después, permanezca sin estrenarse en nuestras pantallas inundadas, semana tras semana, de inmundicia o irrelevancia visual.
[…] Pues si durante 2/3 partes de la película ésta es reconocible, original sin renunciar a la referencia, autoparódica y sentimentalmente cómica, su tercio final desvela a las claras el potencial del director para pegar un giro radical a la historia eludiendo el lugar común y la fácil solución de autoayuda para embarcarse en un viaje onírico a plena luz del día, que asemeja esa conclusión a la evolución de narrativas como las de Damien Manivel o Paul Vecchiali, por hablar de dos ejemplos muy diferentes, y que emparenta a una adulta con la niña de «Nana» de Valerie Massadian, haciendo de ese encuentro entre niños y la joven de la mano de una maga en horas bajas, uno de los episodios cinematográficos españoles del último año más logrado, más conseguido y más emocionante desde la sencillez de hacernos creer que un parque madrileño puede convertirse en un bosque intrincado en el que cualquiera puede perderse definitivamente o encontrar la salida a los problemas personales que te bloquean. El camino de vuelta a casa se convierte así en un camino de baldosas amarillas en el que la despedida es seguir hacia adelante, escapar del peso negativo de un pasado para huir de la rutina empezando una nueva vida en la que, no es descartable, pueden volver a aparecer nuevos bosques. Recuerden estos dos nombres, Antonio Morales y Patricia Jordá, si no los vuelven a ver juntos o separados en las pantallas no será culpa de ellos ni de su falta de talento, sino de la miserable concepción que acerca de la cultura guardan muchos en este país.
https://ultimocero.com/opinion/2017/10/09/una-sorprendente-originalidad-invisible-marisa-en-los-bosques-antonio-morales-2016/
En «Marisa en los bosques» coexisten la imperiosa necesidad de quien realiza su primera película de volcar todo su potencial creativo ante la amenaza de que, si la apuesta no resulta, no vaya a haber una segunda oportunidad, junto con la sorprendente originalidad y frescura de la propuesta, que, pese a sus defectos, que los tiene, y no hay que ocultarlos, y sus evidentes referencias cinéfilas, compone un retrato generacional en el que se respira honestidad, virtuosismo, esperanza y vitalidad. Una película en la que un personaje asume, desde el primer momento, todo el peso de la acción y lo hace desde la absoluta revelación de encontrar a una de las actrices más prometedoras para el futuro del cine español, Patricia Jordá, conocida en los circuitos del off teatro madrileño pero que asume el absoluto protagonismo de la película hasta el punto de resultar imposible imaginar el resultado con otro rostro, con otra presencia, con otra dicción. [..] Es más, quien escribe no acaba de comprender como esta mujer ha podido permanecer hasta este momento sin rodar más que una película previa, y cómo desde que comenzó la carrera por festivales de «Marisa en los bosques», su currículo permanece igual de vacío en cuanto a películas terminadas. Claro que, si a eso vamos, igual de desesperante y absurdo resulta que una película que viene siendo unánimente elogiada desde el festival de Sevilla del año pasado, casi un año después, permanezca sin estrenarse en nuestras pantallas inundadas, semana tras semana, de inmundicia o irrelevancia visual.
[…] Pues si durante 2/3 partes de la película ésta es reconocible, original sin renunciar a la referencia, autoparódica y sentimentalmente cómica, su tercio final desvela a las claras el potencial del director para pegar un giro radical a la historia eludiendo el lugar común y la fácil solución de autoayuda para embarcarse en un viaje onírico a plena luz del día, que asemeja esa conclusión a la evolución de narrativas como las de Damien Manivel o Paul Vecchiali, por hablar de dos ejemplos muy diferentes, y que emparenta a una adulta con la niña de «Nana» de Valerie Massadian, haciendo de ese encuentro entre niños y la joven de la mano de una maga en horas bajas, uno de los episodios cinematográficos españoles del último año más logrado, más conseguido y más emocionante desde la sencillez de hacernos creer que un parque madrileño puede convertirse en un bosque intrincado en el que cualquiera puede perderse definitivamente o encontrar la salida a los problemas personales que te bloquean. El camino de vuelta a casa se convierte así en un camino de baldosas amarillas en el que la despedida es seguir hacia adelante, escapar del peso negativo de un pasado para huir de la rutina empezando una nueva vida en la que, no es descartable, pueden volver a aparecer nuevos bosques. Recuerden estos dos nombres, Antonio Morales y Patricia Jordá, si no los vuelven a ver juntos o separados en las pantallas no será culpa de ellos ni de su falta de talento, sino de la miserable concepción que acerca de la cultura guardan muchos en este país.
EL MUNDO (por Alberto Luchini)
http://www.elmundo.es/metropoli/cine/2018/09/13/5b98f687e5fdea81438b4609.html
Con la mirada puesta en el cine independiente estadounidense y con una protagonista femenina omnipresente que parece inspirada en algún personaje interpretado por Greta Gerwig, la ópera prima de Antonio Morales, financiada por crowfunding y que se estrena con dos años de retraso, es una especie de cuento de hadas en clave de comedia urbana que sigue el devenir de una treintañera que pierde el rumbo, tanto literal como metafóricamente, después de recibir una trágica noticia. Como una ingenua Alicia en un país sin maravillas, vaga en busca de sí misma y de respuestas a preguntas sin respuestas que, por supuesto, no le serán facilitadas por los peculiares y estrambóticos personajes con los que se irá cruzando. La puesta en escena de Morales está marcada por la maximización de los escasos recursos de que dispone y su principal baza son unos diálogos frescos y naturales y, en algunos casos, hasta rayanos en el surrealismo. Patricia Jordá logra una notable composición de la neurótica y verborreica Marisa del título. El largo plano final es muy bonito estéticamente y una invitación a la reflexión.
http://www.elmundo.es/metropoli/cine/2018/09/13/5b98f687e5fdea81438b4609.html
Con la mirada puesta en el cine independiente estadounidense y con una protagonista femenina omnipresente que parece inspirada en algún personaje interpretado por Greta Gerwig, la ópera prima de Antonio Morales, financiada por crowfunding y que se estrena con dos años de retraso, es una especie de cuento de hadas en clave de comedia urbana que sigue el devenir de una treintañera que pierde el rumbo, tanto literal como metafóricamente, después de recibir una trágica noticia. Como una ingenua Alicia en un país sin maravillas, vaga en busca de sí misma y de respuestas a preguntas sin respuestas que, por supuesto, no le serán facilitadas por los peculiares y estrambóticos personajes con los que se irá cruzando. La puesta en escena de Morales está marcada por la maximización de los escasos recursos de que dispone y su principal baza son unos diálogos frescos y naturales y, en algunos casos, hasta rayanos en el surrealismo. Patricia Jordá logra una notable composición de la neurótica y verborreica Marisa del título. El largo plano final es muy bonito estéticamente y una invitación a la reflexión.
VERANO Y CINE
http://veranoycine.blogspot.com/2018/09/pongamos-que-hablo-de-madrid-con-marisa.html
Marisa tiene 35 años, es una dramaturga que no tiene trabajo ni casi planes de futuro y que se encuentra en ese momento de la vida en el que no sabes que va a ser de ti. El director aprovecha muy bien la crisis de los 30 y refleja ese momento de tu vida en el que te habían contado que ibas a ser feliz, tener tu trabajo, tu casa, tus hijos...pero te encuentras con una mano delante y otra detrás perdida en una gran ciudad.
Y sin grandes dramas y con un estilo muy particular que recuerda al realismo mágico de un cuento, te vas adentrando en ese otro Madrid que no se ve las postales. Utilizando como portal para conocer ese otro Madrid las fiestas del Orgullo, con el Ayuntamiento de fondo como punto visible, nos adentramos en ese otro Madrid que no se ve en la televisión, en sus bares y sus zonas de fiesta, sus pisos, sus barrios, ese Madrid de la movida, a medio camino entre lo hipster y lo canalla, entre lo cool y los desfasado, ese Madrid dónde todo puede pasar, que tienes que vivir y que muchos de provincias sólo sabemos que existe pero no lo conocemos. Marisa en los bosques ofrece una radiografía de los ambientes y lugares que componen la noche madrileña y lo hace con una naturalidad y sensibilidad muy sutil para que te sumerjas en los mismos. Patricia Jorda es Marisa, nuestra guía en todo este recorrido, nuestra Alicia con la que descubrimos como de profunda es la madriguera de conejo. Una elección de casting perfecta, con una interpretación muy medida que consigue transmitir todo esa sensación de no terminar de pertenecer a ningún lugar. Especialmente destacar su inmenso momento musical al final de la cinta con Viaje a los sueños polares. Marisa en los bosques es un proyecto que no podéis dejar escapar, una opera prima que esconde detrás una sensibilidad especial y una gran fuerza visual y que sirve de radiografía a toda una generación.
http://veranoycine.blogspot.com/2018/09/pongamos-que-hablo-de-madrid-con-marisa.html
Marisa tiene 35 años, es una dramaturga que no tiene trabajo ni casi planes de futuro y que se encuentra en ese momento de la vida en el que no sabes que va a ser de ti. El director aprovecha muy bien la crisis de los 30 y refleja ese momento de tu vida en el que te habían contado que ibas a ser feliz, tener tu trabajo, tu casa, tus hijos...pero te encuentras con una mano delante y otra detrás perdida en una gran ciudad.
Y sin grandes dramas y con un estilo muy particular que recuerda al realismo mágico de un cuento, te vas adentrando en ese otro Madrid que no se ve las postales. Utilizando como portal para conocer ese otro Madrid las fiestas del Orgullo, con el Ayuntamiento de fondo como punto visible, nos adentramos en ese otro Madrid que no se ve en la televisión, en sus bares y sus zonas de fiesta, sus pisos, sus barrios, ese Madrid de la movida, a medio camino entre lo hipster y lo canalla, entre lo cool y los desfasado, ese Madrid dónde todo puede pasar, que tienes que vivir y que muchos de provincias sólo sabemos que existe pero no lo conocemos. Marisa en los bosques ofrece una radiografía de los ambientes y lugares que componen la noche madrileña y lo hace con una naturalidad y sensibilidad muy sutil para que te sumerjas en los mismos. Patricia Jorda es Marisa, nuestra guía en todo este recorrido, nuestra Alicia con la que descubrimos como de profunda es la madriguera de conejo. Una elección de casting perfecta, con una interpretación muy medida que consigue transmitir todo esa sensación de no terminar de pertenecer a ningún lugar. Especialmente destacar su inmenso momento musical al final de la cinta con Viaje a los sueños polares. Marisa en los bosques es un proyecto que no podéis dejar escapar, una opera prima que esconde detrás una sensibilidad especial y una gran fuerza visual y que sirve de radiografía a toda una generación.
CINEMAGAVIA
https://cinemagavia.es/pelicula-critica-marisa-en-los-bosques/
[...] Estamos delante de una obra que lleva consigo algunos de los mejores aspectos del cine de autor. Los diálogos profundos, los toques intelectuales y la reflexión sobre el sentido de la vida son los ejemplos que más bien exponen la huella de Morales en el film, todos ellos envueltos con un humor inteligente y puntiagudo.
https://cinemagavia.es/pelicula-critica-marisa-en-los-bosques/
[...] Estamos delante de una obra que lleva consigo algunos de los mejores aspectos del cine de autor. Los diálogos profundos, los toques intelectuales y la reflexión sobre el sentido de la vida son los ejemplos que más bien exponen la huella de Morales en el film, todos ellos envueltos con un humor inteligente y puntiagudo.
REVISTA ENCADENADOS
http://www.encadenados.org/rdc/sin-perdon/4988-marisa-en-los-bosques-2
[...] Imposible no percibir las transferencias en la realización de cierto manierismo representativo propio de códigos teatrales que en algunas ocasiones se manifiesta como perfectamente compatible con un lenguaje cinematográfico en evolución. En definitiva, una película existencial plagada de referencias eruditas que reflexiona sobre la insatisfacción, el dolor, la pérdida y la búsqueda de uno mismo en territorios inciertos (y de todo tipo) con una mirada renovada más que innovadora, meritoria, pero conscientemente distante.
http://www.encadenados.org/rdc/sin-perdon/4988-marisa-en-los-bosques-2
[...] Imposible no percibir las transferencias en la realización de cierto manierismo representativo propio de códigos teatrales que en algunas ocasiones se manifiesta como perfectamente compatible con un lenguaje cinematográfico en evolución. En definitiva, una película existencial plagada de referencias eruditas que reflexiona sobre la insatisfacción, el dolor, la pérdida y la búsqueda de uno mismo en territorios inciertos (y de todo tipo) con una mirada renovada más que innovadora, meritoria, pero conscientemente distante.
ALUCINE
https://www.bolsamania.com/cine/marisa-en-los-bosques-esa-maravilla-que-acaba-de-llegar-a-nuestros-cines-sin-hacer-ruido/
[...] Luce que es un primor. Marisa en los bosques se mueve de forma suntuosa, lo que en buena medida se debe al empeño de Patricia Jordá en conseguirlo. Ella es Marisa y la mujer alrededor de la que gira todo. No le pesa a una actriz que se revela como una fuerza de la naturaleza. El guión de Antonio Morales y la fotografía de Dani Lisón crean el caldo de cultivo ideal para que así sea. Y no es que Marina en los bosques esté exenta de algún altibajo en su desarrollo dramático o que no haya algún secundario molesto, pero este es un peaje que se paga con gusto ante semejante alarde de libertad creativa.
El pasado fin de semana aterrizaba en las salas españolas Marisa en los bosques, una de esas joyas que encuentran acomodo en un puñado de salas. Ahí es donde entra la mano del soberano público. Suya es la responsabilidad (casi obligación) de llenarlas, permitiendo que Marisa en los bosques vaya propagándose. Imposible no caer rendido a los encantos de esta mujer perdida.
https://www.bolsamania.com/cine/marisa-en-los-bosques-esa-maravilla-que-acaba-de-llegar-a-nuestros-cines-sin-hacer-ruido/
[...] Luce que es un primor. Marisa en los bosques se mueve de forma suntuosa, lo que en buena medida se debe al empeño de Patricia Jordá en conseguirlo. Ella es Marisa y la mujer alrededor de la que gira todo. No le pesa a una actriz que se revela como una fuerza de la naturaleza. El guión de Antonio Morales y la fotografía de Dani Lisón crean el caldo de cultivo ideal para que así sea. Y no es que Marina en los bosques esté exenta de algún altibajo en su desarrollo dramático o que no haya algún secundario molesto, pero este es un peaje que se paga con gusto ante semejante alarde de libertad creativa.
El pasado fin de semana aterrizaba en las salas españolas Marisa en los bosques, una de esas joyas que encuentran acomodo en un puñado de salas. Ahí es donde entra la mano del soberano público. Suya es la responsabilidad (casi obligación) de llenarlas, permitiendo que Marisa en los bosques vaya propagándose. Imposible no caer rendido a los encantos de esta mujer perdida.
FILM DREAMS
http://www.filmdreams.net/2018/09/marisa-en-los-bosques-2016.html
[... ] va de menos a más hasta cerrar la historia bastante bien, y tiene como otros elementos positivos, además de la magnífica interpretación de Patricia Jordá en el papel de Marisa, la de Aida de la Cruz como su amiga Mina y una banda sonora suave y clásica que acompaña muy bien en todo momento. Además hay un buen retrato del centro de Madrid, con sus locales nocturnos y sitios de interés cultural. También hay otra escena, quizás la más llamativa a nivel dramático que termina con Marisa atravesando el Paseo de la Castellana lleno de gente que están celebrando la fiesta del orgullo gay.
Recomendable a los aficionados a esas pequeñas películas españolas o europeas que ofrecen una visión diferente a la habitual del mundo del artista y los escenarios de una gran ciudad.
http://www.filmdreams.net/2018/09/marisa-en-los-bosques-2016.html
[... ] va de menos a más hasta cerrar la historia bastante bien, y tiene como otros elementos positivos, además de la magnífica interpretación de Patricia Jordá en el papel de Marisa, la de Aida de la Cruz como su amiga Mina y una banda sonora suave y clásica que acompaña muy bien en todo momento. Además hay un buen retrato del centro de Madrid, con sus locales nocturnos y sitios de interés cultural. También hay otra escena, quizás la más llamativa a nivel dramático que termina con Marisa atravesando el Paseo de la Castellana lleno de gente que están celebrando la fiesta del orgullo gay.
Recomendable a los aficionados a esas pequeñas películas españolas o europeas que ofrecen una visión diferente a la habitual del mundo del artista y los escenarios de una gran ciudad.
EL PERIÓDICO (por Quim Casas)
https://www.elperiodico.com/es/ocio-y-cultura/20180913/critica-marisa-en-los-bosques-antonio-morales-7031008
'Marisa en los bosques' es un drama sazonado de toques cómicos, con estilo 'mumblecore', que narra la crisis de una dramaturga treintañera obsesionada con la depresión de su mejor amiga. El filme no rehúye ciertos tópicos al encarar este tipo de historias, pero se recupera gracias a unas buenas prestaciones de la actriz protagonista, Patricia Jordá; una buena banda sonora a cargo de Musergo, entre otros; variopintas citas musicales (incluyendo a Almodóvar & McNamara) y momentos muy pop como una ruptura sentimental agravada porque ella le esconde a él un preciado vinilo de Vainica Doble y un 'single' plateado de Sonic Youth.
https://www.elperiodico.com/es/ocio-y-cultura/20180913/critica-marisa-en-los-bosques-antonio-morales-7031008
'Marisa en los bosques' es un drama sazonado de toques cómicos, con estilo 'mumblecore', que narra la crisis de una dramaturga treintañera obsesionada con la depresión de su mejor amiga. El filme no rehúye ciertos tópicos al encarar este tipo de historias, pero se recupera gracias a unas buenas prestaciones de la actriz protagonista, Patricia Jordá; una buena banda sonora a cargo de Musergo, entre otros; variopintas citas musicales (incluyendo a Almodóvar & McNamara) y momentos muy pop como una ruptura sentimental agravada porque ella le esconde a él un preciado vinilo de Vainica Doble y un 'single' plateado de Sonic Youth.
REVISTA MAGNOLIA
http://revistamagnolia.es/2016/11/seff-2016-ii-le-fils-de-joseph-eugene-green-solo-es-el-fin-del-mundo-xavier-dolan/
En Marisa en los bosques el dramaturgo Antonio Morales plantea una sugerente comedia dramática con un pie en el realismo mágico y otro en el mundo teatral. Repleta de referencias y citas cinéfilas, gira alrededor de una ruptura y de cómo afecta a su protagonista, Patricia Jordá, una actriz de teatro sumida en el desconcierto vital. La película se hace fuerte gracias a las interpretaciones y la frescura de los diálogos, pero aunque el conjunto se vea lastrado por una excesiva duración y un guión algo disperso (con demasiadas situaciones y personajes estereotipados de lo que podríamos considerar comedia madrileña, que difuminan la historia de amistad que centra el relato) reconforta encontrar escenas como aquella en la que la protagonista relata a su amiga una secuencia de cine mudo o la revelación para el espectador durante un ensayo teatral del secreto que la atormentaba. En ambas su director siembra ideas fecundas que nos recuerdan que los mecanismos básicos del cine, la imagen y la palabra, están para comunicarnos con los demás, con los que ya se han ido y con nosotros mismos, si es que estamos a tiempo.
http://revistamagnolia.es/2016/11/seff-2016-ii-le-fils-de-joseph-eugene-green-solo-es-el-fin-del-mundo-xavier-dolan/
En Marisa en los bosques el dramaturgo Antonio Morales plantea una sugerente comedia dramática con un pie en el realismo mágico y otro en el mundo teatral. Repleta de referencias y citas cinéfilas, gira alrededor de una ruptura y de cómo afecta a su protagonista, Patricia Jordá, una actriz de teatro sumida en el desconcierto vital. La película se hace fuerte gracias a las interpretaciones y la frescura de los diálogos, pero aunque el conjunto se vea lastrado por una excesiva duración y un guión algo disperso (con demasiadas situaciones y personajes estereotipados de lo que podríamos considerar comedia madrileña, que difuminan la historia de amistad que centra el relato) reconforta encontrar escenas como aquella en la que la protagonista relata a su amiga una secuencia de cine mudo o la revelación para el espectador durante un ensayo teatral del secreto que la atormentaba. En ambas su director siembra ideas fecundas que nos recuerdan que los mecanismos básicos del cine, la imagen y la palabra, están para comunicarnos con los demás, con los que ya se han ido y con nosotros mismos, si es que estamos a tiempo.
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JURADO ARC FILM FESTIVAL (ALEMANIA)
Una dramaturga reprime su propia crisis volcándose en la de su mejor amiga. Busca ayuda de amigos que no están dispuestos a escucharla y finalmente encuentra consuelo a su bloqueo en un bosque mágico. El director pone en escena esta ágil trama como una sucesión de episodios situados en la escena urbana de Madrid.
El constante cambio en el lenguaje cinematográfico contrasta con la inestabilidad de la protagonista. Con referencias a películas, desde la Nouvelle Vague al Realismo Mágico […] Morales crea una nueva entidad, un film de autor que trasciende las antiguas meta-narrativas, y que dibuja de manera juguetona una imagen artística autónoma de las actitudes contemporáneas de la vida.
Una dramaturga reprime su propia crisis volcándose en la de su mejor amiga. Busca ayuda de amigos que no están dispuestos a escucharla y finalmente encuentra consuelo a su bloqueo en un bosque mágico. El director pone en escena esta ágil trama como una sucesión de episodios situados en la escena urbana de Madrid.
El constante cambio en el lenguaje cinematográfico contrasta con la inestabilidad de la protagonista. Con referencias a películas, desde la Nouvelle Vague al Realismo Mágico […] Morales crea una nueva entidad, un film de autor que trasciende las antiguas meta-narrativas, y que dibuja de manera juguetona una imagen artística autónoma de las actitudes contemporáneas de la vida.
CINE MALDITO
http://www.cinemaldito.com/marisa-en-los-bosques-antonio-morales/
Sin un camino concreto que seguir descubrimos a Marisa, en mitad de sus treinta, haciendo una pausa en su vida para mirar en la de los demás, hacer ese acto altruista de entregarse a otros por encima de dominar lo propio, que también es el acto egoísta de centrarse en otros problemas antes de solucionar los que nos afectan. Ella habla o recita, y son los encuentros con amigos y conocidos, al más puro estilo indie americano, con largas conversaciones sobre nada concreto, con la frescura de lo espontáneo y un ligero humor que asoma con timidez, como conocemos a una generación y la imperfección de la misma. Son reencuentros con personajes de la juventud, los que ha mantenido y los que habían desaparecido por el camino, que llevan a Marisa a vivir en un corto periodo de tiempo todo un abismo de emociones.
La cámara siempre está pegada a la protagonista para no perderse ninguna de sus reacciones. Algunas de ellas líricas y otras naturales, lo cierto es que lo suyo es un homenaje al teatro y sus actrices, que se alimenta de la amistad, el amor y la comprensión de la pérdida, todo mezclado para detallar un día alargado y una noche imperfecta que parece durar mil años, para congraciarse con lo idílico y tenebroso de la soledad por las calles de Madrid.
http://www.cinemaldito.com/marisa-en-los-bosques-antonio-morales/
Sin un camino concreto que seguir descubrimos a Marisa, en mitad de sus treinta, haciendo una pausa en su vida para mirar en la de los demás, hacer ese acto altruista de entregarse a otros por encima de dominar lo propio, que también es el acto egoísta de centrarse en otros problemas antes de solucionar los que nos afectan. Ella habla o recita, y son los encuentros con amigos y conocidos, al más puro estilo indie americano, con largas conversaciones sobre nada concreto, con la frescura de lo espontáneo y un ligero humor que asoma con timidez, como conocemos a una generación y la imperfección de la misma. Son reencuentros con personajes de la juventud, los que ha mantenido y los que habían desaparecido por el camino, que llevan a Marisa a vivir en un corto periodo de tiempo todo un abismo de emociones.
La cámara siempre está pegada a la protagonista para no perderse ninguna de sus reacciones. Algunas de ellas líricas y otras naturales, lo cierto es que lo suyo es un homenaje al teatro y sus actrices, que se alimenta de la amistad, el amor y la comprensión de la pérdida, todo mezclado para detallar un día alargado y una noche imperfecta que parece durar mil años, para congraciarse con lo idílico y tenebroso de la soledad por las calles de Madrid.
FILMADRID (Sergio de Benito)
http://filmadrid.com/catalogo/marisa-en-los-bosques/
Inmersa en una selva de dramas ajenos mientras posterga el suyo, la treintañera Marisa del título recorre las calles de Madrid con la agilidad de una heroína de Rohmer y desvela ante el espejo de los demás, a golpe de constante diálogo, su propia angustia existencial. Nutrida de inequívocas citas cinéfilas y teatrales, que no ocultan la aparición de un universo embrionario, la singular ópera prima del dramaturgo Antonio Morales parte del humor cotidiano para dibujar con extrema sensibilidad, de raíz almodovariana, un colapso femenino. Sin miedo a visitar lugares insospechados en los meandros de su tragicomedia, otra gran baza de este debut está en esa reivindicación de la capital como inagotable espacio fílmico, el mismo que hizo inmortal al autor de La ley del deseo y ahora testigo urbano del derrumbe de Marisa. Sus localizaciones ensanchan un personaje a la vez generacional y definitorio de la escena artística independiente, coronado por el hallazgo para el cine de Patricia Jordá.
http://filmadrid.com/catalogo/marisa-en-los-bosques/
Inmersa en una selva de dramas ajenos mientras posterga el suyo, la treintañera Marisa del título recorre las calles de Madrid con la agilidad de una heroína de Rohmer y desvela ante el espejo de los demás, a golpe de constante diálogo, su propia angustia existencial. Nutrida de inequívocas citas cinéfilas y teatrales, que no ocultan la aparición de un universo embrionario, la singular ópera prima del dramaturgo Antonio Morales parte del humor cotidiano para dibujar con extrema sensibilidad, de raíz almodovariana, un colapso femenino. Sin miedo a visitar lugares insospechados en los meandros de su tragicomedia, otra gran baza de este debut está en esa reivindicación de la capital como inagotable espacio fílmico, el mismo que hizo inmortal al autor de La ley del deseo y ahora testigo urbano del derrumbe de Marisa. Sus localizaciones ensanchan un personaje a la vez generacional y definitorio de la escena artística independiente, coronado por el hallazgo para el cine de Patricia Jordá.
FESTIVAL D’A
https://dafilmfestival.com/es/pelicula/marisa-en-los-bosques/
Pocas veces un título ha dicho tantas cosas, pues este debut de Antonio Morales sigue a un personaje femenino perdido no solo en el bosque de su propia vida, sino también de sus relaciones con los demás y, finalmente, de la noche de Madrid. Contada en un tono muy particular, ni cómico ni trágico sino todo lo contrario, Marisa en los bosques es un cuento iniciático dibujado con trazos cotidianos que se convierten progresivamente en una trama onírica, como si de Almodóvar se pudiera pasar a Fellini así como así. En cualquier caso, Morales lo consigue y, mientras tanto, accede a su propio mundo. Pues, al fin y al cabo, esta es una película extremadamente personal, que parece recoger elementos de aquí y de allá para construir un universo hipnótico que abduce poco a poco al espectador, extraviado de repente en los mismos bosques que Marisa, y lo inserta en una realidad que es el reflejo deformado de la suya propia: todos tenemos bosques a nuestro alrededor y todos nos perdemos en ellos.
https://dafilmfestival.com/es/pelicula/marisa-en-los-bosques/
Pocas veces un título ha dicho tantas cosas, pues este debut de Antonio Morales sigue a un personaje femenino perdido no solo en el bosque de su propia vida, sino también de sus relaciones con los demás y, finalmente, de la noche de Madrid. Contada en un tono muy particular, ni cómico ni trágico sino todo lo contrario, Marisa en los bosques es un cuento iniciático dibujado con trazos cotidianos que se convierten progresivamente en una trama onírica, como si de Almodóvar se pudiera pasar a Fellini así como así. En cualquier caso, Morales lo consigue y, mientras tanto, accede a su propio mundo. Pues, al fin y al cabo, esta es una película extremadamente personal, que parece recoger elementos de aquí y de allá para construir un universo hipnótico que abduce poco a poco al espectador, extraviado de repente en los mismos bosques que Marisa, y lo inserta en una realidad que es el reflejo deformado de la suya propia: todos tenemos bosques a nuestro alrededor y todos nos perdemos en ellos.